Publicado en Diario Perfil el 07/04/2020
Marcos Zocaro
Debido a la pandemia y a la necesidad de mantener el distanciamiento social y disminuir los contagios, se fueron estableciendo algunas medidas tendientes a evitar que se repita lo ocurrido la semana pasada cuando las personas concurrieron masivamente a las entidades bancarias.
La Comunicación “A6949” del Banco Central de la República Argentina del 1° de abril, modificatoria de la Comunicación “A6942”, además de exceptuar del cierre de las sucursales bancarias hasta el final de la cuarentena obligatoria la atención de jubilados, pensionados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y demás ayudas oficiales, también prorroga los vencimientos de tarjetas de crédito hasta el 13 de abril y reduce la tasa de financiación del 55% al 49% como máximo.
Para evitar que las personas deban ir en reiteradas oportunidades al cajero a extraer dinero, durante los últimos días, los bancos les permitieron a sus clientes aumentar el límite diario de extracción.
Asimismo, el BCRA, mediante la Comunicación “A6945” del 26 de marzo, suspendió hasta el 30 de junio de 2020 el cobro de comisiones por el uso de cajeros automáticos del país, sin discriminar por usuario. De esta forma, el cliente de un banco puede retirar dinero del cajero de otro banco sin abonar ningún tipo de comisión.
En este contexto, también es bueno recordar cómo se puede retirar efectivo delos cajeros sin contar con la tarjeta de débito, o incluso enviar dinero a personas no bancarizadas. El procedimiento es similar tanto en la Red Link como en Banelco. Por ejemplo, en Red Link se denomina Punto Efectivo y para retirar dinero se debe generar una “Orden de Extracción” desde el Homebanking, informando DNI del destinatario y el importe a retirar (múltiplo de 100): el sistema otorgará una clave PIN de 8 dígitos, y con esa clave más el DNI del destinatario se puede extraer el dinero en cualquier cajero de la red habilitado como Punto Efectivo.
A pesar de estas medidas, más y más gente se aglomeró para retirar dinero. Y esto era seguro que iba a suceder, dado que lo que falta en la Argentina no es sólo inclusión financiera (entendida como acceso al sistema financiero), sino también dos cuestiones básicas para todo país que en algún momento pretende ser desarrollado.
En primer lugar, educación financiera de las personas, para que puedan comprender los conceptos básicos de las finanzas personales y entender las herramientas que tienen a disposición para evitar el uso de efectivo, como pagos con tarjetas de débito o el uso de códigos QR y billeteras digitales.
Y en segundo término, formalidad en la economía. Muchos comercios, profesionales y prestadores de servicio sólo aceptan el efectivo a la hora del cobro, por más que la normativa los obligue a aceptar medios electrónicos.
Para empezar a cambiar esta realidad, se necesitan fuertes políticas de Estado, desde educación financiera a partir de los primeros años del colegio (la Ley 27.440, del 2018, obliga al Estado a brindarla desde la secundaria, pero hoy en día poco se ha hecho al respecto), hasta políticas que fomenten la bancarización de la economía y la adopción masiva de los nuevos medios de pago. Por ejemplo, se podrían morigerar los regímenes de retención que recaen sobre pagos electrónicos.
La crisis actual pone de manifiesto la imperiosa necesidad de una mayor bancarización de la economía, para lo cual será fundamental, entre otros aspectos, profundizar la educación financiera de toda la sociedad.